Planificar, tenerlo todo planeado antes de que el lápiz toque el papel o de que la mano encuentre el ratón, es esencial para cualquier diseño, grande o pequeño. Bien dice un viejo dicho: "si fracasas al planear, planeas un fracaso".
¿Por qué no planea todo el mundo? La mayoría sí lo hace, aunque no demasiado, porque creen que planear es aburrido. Pero la planificación no tiene por qué ser prolija y tediosa; sólo debe de ser minuciosa, concienzuda y bien meditada. Todo el trabajo que adelantes en la etapa de la planificación se traduce en un mensaje más fuerte, inspira el diseño e implica al cliente en el proceso. Esto influirá en las ganancias y reducirá las perdidas.
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